Cuando los químicos idean una reacción química conforme los principios de este método, prestan mucha atención a la información sobre los posibles riesgos para la salud o el medio ambiente que presenta una sustancia química, antes de utilizarla en una reacción o en la elaboración de un producto. Es decir, consideran el peligro que plantea una sustancia como propiedad que se debe tener en cuenta junto con las otras propiedades químicas y físicas y eligen aquellas sustancias que reduzcan al mínimo ese peligro.
La idea es sencilla. El riesgo asociado a un producto químico tóxico está en función de su peligrosidad y exposición, lo que se puede resumir en la ecuación:
Riesgo = f(Peligrosidad, Exposición)
Una posibilidad de minimizar el riesgo es actuar sobre el factor exposición tratando o reciclando las sustancias tóxicas (lo que conlleva un considerable coste económico).
La Química Verde trata de limitar el riesgo reduciendo o eliminando la peligrosidad. Si no usamos ni producimos sustancias peligrosas el riesgo será nulo y no tendremos que preocuparnos del tratamiento posterior de dichas sustancias.
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